Busco un zapador,
un pontífice
que reconstruya
el camino,
la vía,
el contacto,
que edifique un puente
para salvar la distancia
entre tu cuerpo y el mío
entre tu boca y la mía,
tu mano y la mía,
tu alma y la mía.
Porque
l@s echo de menos.
¡Tantísimo!
Porque
te echo
de menos.
Necesito de ti,
de tu tierna presencia,
de tu alegría,
de esa que
desplegaste
en contacto
conmigo,
durante meses,
de la que tú misma,
te sorprendiste.
Te pudiste distanciar
de tu
"soy una persona
muy seria
y
responsable"
de costumbre.
Y gozaste.
Y gocé.
Y viviste.
Y viví.
Pero luego
la rigidez,
la no-vida
recuperó,
reconquistó
terreno,
volvió a
tomar
posesión
de
los feudos
que
tanto
tiempo
le
pertenecieron.
Y de los que
se sentía
dueña.
Nos separó,
nos distanció,
nos incomunicó
con nostr@s mism@s
antes que nada.
Pues la flexibilidad,
la calidez,
la ternura,
el
amor
es nuestra auténtica
esencia.
¿Podremos,
algún día,
volver
a
la Unidad?
Gerttz